martes, 18 de enero de 2011

Están cerca...muy cerca¡¡¡


Tu jarra está casi vacía. El ruido de los huéspedes de  la posada interrumpe de vez en cuando tus pensamientos, levantas la vista y observas todo lo que te rodea; el calor de la chimenea central ilumina el salón con una luz tenue y agradable. La gente habla alegremente, juegan a los dados y se distraen tras un duro día de trabajo en el campo. Fuera, la noche comienza a caer y se empiezan a encender las antorchas de las calles principales. Estás contento de estar en una noche tan fría bajo techo pero tus músculos protestan y piden aventura. En ese momento comienza a sonar una campana en la ciudad, es una alarma y tu instinto te pone alerta. El ruido de la gente gritando y corriendo te molesta pero estás tranquilo, has vivido situaciones peores y sabes que perder la calma es lo peor que puede suceder. Al instante se abre la puerta de entrada a la posada y hace su aparición una figura fornida y de buena altura  que porta una armadura de bella factura. Un portazo hace que todo el mundo quede en silencio, el recién llegado se dirige al centro de la sala y alza la voz: 

- Queridos ciudadanos, soy el capitán de la guardia y vengo a informaros de graves noticias. Nuestros exploradores han detectado un ejercito de terribles trasgos dirigiéndose a la ciudad.-

Al escuchar la palabra "trasgos" no puedes evitar que la rabia comience a surgir en ti. Recuerdas que son criaturas de pequeño tamaño, tal vez un poco más grandes que un niño de diez años, pero su terrible crueldad y su sed de sangre las hacía muy peligrosas. Normalmente solían asaltar las caravanas  en pequeños grupos pero jamás habías oído que fuesen capaces de organizarse y menos como un ejercito. Era muy extraño.

Las palabras del capitán habían enmudecido aun más a la gente de la posada, el miedo se podía masticar en el ambiente. El capitán continuo con su discurso: 

- Al parecer es un grupo bastante numeroso, está bien armado y alcanzará las murallas de la ciudad al amanecer- lanzó un suspiro de decepción y siguió hablando: 
- Nuestros exploradores huyeron antes de poder obtener información sobre el enemigo que nos acecha. No sabemos a ciencia cierta cual es su número, si dispone de arqueros o si tienen máquinas de asedio. 

El tabernero, y dueño de la posada, se dirigió al capitán: 
-Mi señor, ¿Por qué nos cuenta todo esto?, nosotros solo somos gente humilde ¿Qué podríamos hacer? 
El capitán asintió con la cabeza dando a entender al tabernero que entendía perfectamente su pregunta y contestó: 
- Como he dicho nuestros exploradores han sido incapaces de averiguar cosas sobre el ejercito de trasgos que podrían sernos muy útiles. Ahora mismo toda la guardia de la ciudad está totalmente ocupada organizando las defensas y necesito que algún valiente alcance al ejercito trasgo, lo observe y reúna toda la información posible. Al parecer ,dependiendo de las cifras de su ejercito, nuestro experto en magia de la guardia podría lanzar un hechizo que facilitará la defensa de la ciudad-. 
En ese momento el capitán miró a su alrededor y alzó la voz con autoridad - ¡¡Ofrezco 35 monedas de oro al voluntario que se adentre en los caminos y me traiga los datos que necesito sobre el ejercito que nos acecha¡¡
El silencio continuó en la sala, muchos agachaban su cabeza y la vergüenza sonrojaba sus caras. En ese momento tu coraje se despierta , te levantas de tu asiento y dices con voz tranquila y pausada: 
-Yo iré mi señor, haré lo posible por ayudar a su gente.-
El capitán te mira con media sonrisa en su cara y asiente con la cabeza aprobando tu valentía. Acto seguido otro joven que jugaba a los dados se levanta y dice: 
- Yo también iré, acabo de perder mi sueldo apostando lo poco que había ganado. 
Algunas risas contenidas se dejan oír en la sala  debido al comentario del joven y alivian un poco la tensión del momento.
El capitán os reúne a los dos y os entrega un pergamino con los datos que solicita el mago de la guardia. Tu compañero y tú os miráis, sabéis que es una misión peligrosa, pero necesaria. Sin nada más que añadir el capitán se marcha tras un escueto -¡suerte muchachos!-.
Tu "socio" y tú os preparáis brevemente, no hacen falta armas, tan solo un par de pies rápidos y sigilosos capaces de escapar a las miradas de un ejercito entero de trasgos. No obstante guardas una daga en tu cinto por si las moscas. Salís a la carrera de la posada y en menos de un periquete os adentráis en las sombras del bosque que rodea la ciudad.
Comienzas a andar, intentando no hacer ni el más mínimo ruido. Tu compañero resulta ser un campesino que conoce bien la zona y sus consejos y atajos resultan muy prácticos. Tras varías horas de camino adviertes un repiqueteo de metal a lo lejos seguido de  unos gritos infernales. No puedes evitar que se te ericen los pelos de la nuca ante tales sonidos. Rápidamente tu compañero y tu buscáis un lugar adecuado donde poder esconderos y observar. 

La cercanía del ejercito hace vibrar el suelo, su número es bastante grande. Te asomas y ves que cada trasgo lleva una antorcha encendida, por lo que el espectáculo es aterrador. Te centras en tu tarea y ves que el ejercito tiene la forma de un cuadro perfecto. No tienes mucho tiempo para pararte a contar por lo que observas que de lado a lado hay una fila de 40 trasgos y que hay 10 filas más. No te paras a contar más, ya que con una sencilla operación podrás obtener el número total del ejercito. Tu compañero mientras se ha estado fijando en los trasgos que componían el ejercito y se ha dado cuenta de lo siguiente: 

Dos octavos  del ejercito son de infantería ligera.  Tres octavos; de infantería pesada. Un octavo;  de arqueros. Finalmente lo que queda son:  mitad piqueros y mitad encargados de maquinas de asedio. 

Corres rápidamente a la ciudad y vas en busca del capitán. La información que tienes es muy valiosa pero necesita lo siguiente antes de darte la recompensa: 
1º- Número total de trasgos que componen el ejercito.
2º- Número total de trasgos de infantería ligera.
3º- Número total de trasgos en infantería pesada.
4º- Número total de trasgos arqueros. 
5º- Número total de piqueros. 
6º- Número total de encargados de maquinas de asedio. 

Con estos datos el mago podrá invocar una tormenta de fuego que azotará al ejercito antes de llegar a las murallas de la ciudad. De ti depende el futuro de mucha gente. Es la hora de pensar si quieres ganar 35 monedas de oro.

Recuerda mirar el principio del tema 7 de matemáticas, ahí podrás encontrar pistas sobre como conseguir solucionar este enigma.
                                                                                       

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